miércoles, mayo 31, 2006

BIENVENIDO LECTOR DE KIRAI

Justo hoy había instalado un contador de visitas y estaba sorprendidísimo de ver tantas. Claro, Héctor Kirai ha puesto la lista de los Blogs de españoles vivendo en Japón. Este es un blog reciente, tiene dos meses y es de plantilla: lo importante era empezar. Y esto de sentarme al ordenador periódicamente a escribir algo me está gustando mucho. Creo que hasta ahora en este blog sólo han entrado familia y amigos, así que diré de mí que tengo 25 años, soy diseñador gráfico y llevo en Japón desde finales del año pasado.

Pues nada, un saludo. Y dejadme algún comentario, que me hace ilusión.

CHOUCHIN MOMI


1, originally uploaded by pascualcualcual.

Es la gran fiesta de Koga-shi (la ciudad donde vivo, al norte de Tokyo) se celebra a mediados de diciembre. Unas semanas después de aterrizar me encontré con este fantástico exponente de lo que puede ser una fiesta popular en Japón.

Según una antigua tradición shintoísta, el dios de la ciudad regresa esa noche y los jóvenes le ayudan a encontrar el camino blandiendo unos bambúes con farolillos encendidos en la punta; mientras, los chavales más jóvenes tocan unos tambores. La espera se riega con mucho sake. Por esta época del año ya hace bastante frío. Muchos tíos borrachos, frío y palos son ingredientes que combinan bastante bien, no?


3, originally uploaded by pascualcualcual.


La fiesta consiste en golpear los palos de bambú de la gente de los otros barrios para apagarles el farolillo, al tiempo que intentas evitar que te apaguen el tuyo, cada palo de bambú mide cerca de 9 metros, el farolillo va colocado a unos 8 metros y a una altura de 6 metros hay tres palos más pequeños que sirven para dirigir la punta, se necesitan más de 15 personas para manejarlo, en cada batalla luchaban entre 5 y 6 grupos.

Es la fiesta más burra que he visto en la vida, me encantó aunque estuve tres días en los que cada vez que me reía me dolían las costillas. La batalla transcurre al final de una calle que está bordeada con un andamiage de bambú para que los palos no caigan fuera del campo de batalla.
Lo más espectacular es el encontronazo de los grupos, la carrera hasta el final de la calle donde están los demás, y saber que enseguida va a venir otro grupo que va a embestir al tuyo.

Creo que mi equipo era el más borracho. Por supuesto, no ganamos.

Hubo de todo: empujones, aplastamientos, codazos, pisotones... Me contaron que muchas veces la fiesta termina en una gran pelea a puñetazos. Lamentablemente, en esta ocasión todo se resolvió de una forma muy civilizada: los codazos fueron perdonados, los pisotones obviados y las patadas en la espinilla asumidas como daños colaterales de la tradición.



Preparando el farol, le ponen agua para que no arda a la primera de cambio.

martes, mayo 30, 2006

LA MARCHA DEL ALGORITMO



Son una pareja de humoristas que aparecen en un programa infantil y hacen este mismo sketch a diario. En el programa de hoy toca con ninjas.
Gracias Raquel.

sábado, mayo 27, 2006

AMIGOS DE LAS AJENAS


Edificio de Yokohama

Me preguntaba un amigo que cuál era la costumbre más cañera de los japoneses. Le he estado dando vueltas y ya la tengo, os va a hacer gracia.

Esta gente es muy cívica, no suele haber peleas por la noche, no da miedo pasear por ningún sitio de Tokyo, aunque no lo conozcas, de noche, solo, notándoseme a la legua que eres extranjero (vamos a ver, en Tokyo hay asesinatos y tiroteos y crimen, pero es cosa de las mafias, es muy raro verse metido en algo violento por Tokyo, que te roben el bolso, que te saquen una navaja, cosas así no ocurren). Si un borracho en el metro, o en un bar, se pone a insultar a todo el mundo, nadie le contesta, evitan la violencia.

Por Koga veo los huertos con sus rábanos, las lechugas y los tomates y no tienen ninguna valla, puedes estirar el brazo y pillar un tomate y, sin embargo, la gente no lo hace. En Tokyo hay tiendas de todo tipo (droguerías, ferreterías, librerías, de tecnología con cámaras digitales y ordenadores) que sacan a la calle, a la acera, algunas estanterías, en plan mercadillo. Vale, los productos excesivamente caros están atados con unos cordones, pero hay CD´s vírgenes, carretetes de fotos, baterías, un montón de cosas muy expuestas, muy fáciles de robar y la gente, normalmente, no las roba.

El otro día en una barbacoa salió el tema y les decía a los japoneses que en España sería imposible, que todo volaría en seguida. Los japoneses me preguntaban si no les da vergüenza robar a los españoles. Yo les contesté que en España lo que da vergüenza es trabajar. Se rieron mucho, creían que estaba exagerando.

A lo que iba: el caso es que he conocido a una chica que está tremenda. Esta chica vive en una vivienda unifamiliar, una casita de planta baja y un primer piso, y notaba que de vez en cuando le faltaba alguna prenda íntima, pero no le dio mucha importancia hasta que un día le llama la policía para que fuera a la comisaría a una rueda de reconocimiento de... bragas. Se presenta allí y ,de entre todo lo que había en una mesa, reconoce varios tangas y sujetadores como suyos, le dicen que puede recogerlos, ella pregunta que qué hacen sus bragas y sujetadores allí, y le explican que habían pillado in fraganti a un ladrón de bragas saltando la valla de una casa después de haber robado unas bragas tendidas al sol, efectuaron un registro en su casa y encontraron un importante alijo de lencería (bragas, medias, tangas, pantis, sujetadores...) inmediatamente entre lágrimas y ruegos el ladrón confesó quiénes eran sus víctimas.

El ladrón resultó ser un amigo del primo mayor de la chica ésta. Se conocían, no mucho, pero habían hablado alguna vez.
Ahora esta chica tiende su ropa interior en un lugar secreto y escondido y desconfía de los chicos más bajitos que ella.

Esta gente que no roba cosas necesarias y útiles o caras, van y les da por robar ropa interior de chicas. Son encantadores.

La otra historia le ocurrió a una chica que se crió en un barrio de Yokohama, luego toda la familia se fue a vivir a una ciudad del norte, y dejaron el piso de Yokohama vacío. Cuando unos años después, con unos 19 añitos, esta chica fue a la universidad, se matriculó en la de Yokohama y volvió a ocupar el piso de su infancia. Vivía sola. Pues lo mismo, notaba que le desaparecían bragas, pero vivía en un cuarto piso y era imposible que nadie se las robara cuando estaban tendidas, además no le desaparecían cuando estaban tendidas, simplemente un día echaba en falta unas bragas o un tanga. Quizás las había perdido en el gimnasio o vete tú a saber dónde.

Total, que un día esta chica está enferma, no puede ir a clase, está con su fiebre, sus tarros de medicinas, sus pañuelos de papel, tranquilamente leyendo en el salón y oye que se abre la puerta de su casa. Muerta de miedo, se asoma al pasillo, y en el pasillo hay un hombre. El homre, cuando la ve, da la vuelta y se marcha corriendo. Ella, aliviada, rápidamente llega hasta la puerta y le da tiempo a mirar por la mirilla y reconocer al hombre antes que la espalda y el cogote desaparezcan del todo: era un vecino de toda la vida, de la edad de sus padres. Era el típico vecino al que se le confían las llaves, quédese usted una copia por si un día me las dejo dentro o, por favor, si es tan amable, riégueme las plantas estas vacaciones, esas cosas.

Esta chica cambió la cerradura, no volvió a coincidir en el ascensor con este vecino, terminó la carrera, ahora está casada, tiene un hijo y nunca más le desaparecieron bragas.

Y puesto que uno está aquí empapándose de la cultura japonesa, aprendiendo este hermoso idioma, jugando al go, practicando kendo, comiendo con palillos, descalzándose al entrar a las casas (y a la escuela, y a algunas oficinas), participando en las fiestas populares... por qué no va uno a disfrutar también de estas pequeñas e inocentes perversiones -perversioncillas, diría yo- que ya forman parte de la cultura popular y además no le hacen mal a nadie?

Así que, cuando mi chica no está en casa, yo me escurro astutamente entre las sombras a la manera de los ninjas, me acerco agazapado y en sigilo hasta llegar a la ropa tendida, y ladino como un zorro y rápido como una ráfaga de viento polar me apodero de esas telas que le rozan la entrepierna para mi deleite y mayor regocijo. Y además, tengo ideado un plan para que no se entere nunca de mis fechorías, soy un genio, el crimen perfecto. Mi estrategia consiste en esconderlas en su cajón de la ropa interior, y así de paso las tiene a mano para cuando le hagan falta, y luego para disimular mi delito también recojo sus camisetas y sus jerseis y sus vaqueros y luego -aunque con menor afán- también mi ropa...

miércoles, mayo 17, 2006

HUEVOS


HUEVOS, originally uploaded by pascualcualcual.

Envases de una y dos unidades para huevos.

La foto es en un deshoras.

lunes, mayo 15, 2006

POSTRES


POSTRES, originally uploaded by pascualcualcual.

La foto es de un puesto en el paseo del templo de Asakusa. Creo que esta misma idea se podría exportar a España con mucho éxito con el queso de tetilla. Lo digo en serio. Eso sí, en vez de manga pondría a Paula Vázquez.

viernes, mayo 12, 2006

BASU


Autobús-perro.

Así es el autobús de una guardería.
Al más puro estilo de
Mi vecino Totoro, de Hayao Miyazaki.

lunes, mayo 08, 2006

HANAMI EN NIIGATA


011, originally uploaded by pascualcualcual.

Niigata es una región famosa por la excelencia de su arroz y, por lo tanto, de su sake. Es una zona montañosa y los arrozales se inundan con agua del deshielo. Como está al norte, la sakura ha florecido unas semanas más tarde que en la zona de Tokio, por lo tanto he celebrado el hanami no una, sino dos veces.


062, originally uploaded by pascualcualcual.

También fui de pesca.

lunes, mayo 01, 2006

CINCO MESES YA

Ya llevo cinco meses en el país que primero se ríe y después explota*, al principio todo es muy extraño y luego va dejando de ser extraño para ser sencillamente raro, nunca diría que es singular porque aquí todo es plural o colectivo. Todo resulta muy asiático, las casas, las comidas, las nubes...

Me siento como un niño, mi estado habitual es el asombro, vuelvo a estudiar las letras con dibujitos de animales y me sorprenden un montón de cosas tontas e insignificantes que celebro dando saltitos mientras las señalo con el dedo.

Naturalmente, estoy aprendiendo mucho de Japón, no sabía casi nada antes de venir; pero lo que me extraña es la cantidad de cosas que estoy aprendiendo de España desde que estoy aquí. Al comparar costumbres, rutinas, protocolos... usos y maneras que me parecían "normales" ahora no me lo parecen tanto: los horarios, la higiene, la diferencia entre lo público y lo privado en el urbanismo, las relaciones sociales y las familiares, la seguridad vial, la educación, el ocio, los negocios, la moral...

Esta semana es la "golden week", una semana de vacaciones en primavera, me voy a Niigata a la casa de una amiga en un pueblecito en la montaña. Allí celebraremos que la sakura ha florecido y comeremos y beberemos debajo de su sombra.

(*) La gracia de este chiste está en la semejanza fonética de las dos sílabas que forman el nombre del país al que se alude, a saber, Ja-pón, con dos onomatopeyas ampliamente aceptadas en el ámbito geográfico del castellano, correspondiente la primera a una carcajada no muy estridente (JUÁ), ni formando parte de una risilla estúpida y afeminada (JIJIJIJI) ni mucho menos la sonrisa descreída del cínico (imposible de transcribir aquí por motivos obvios), es una carcajada única y amplia (JA) y la segunda se correspondería a una explosión seca y sin más consecuencias que la propia explosión, como la de un petardo de mediana intensidad (PON), que no hay que confundir con el imperativo del verbo poner, porque entonces el chiste pierde toda gracia.