DE ZAPATOS Y PIES
No hace tantos años, si la economía de alguien era humilde esperaba a que el tranvía parara del todo antes de bajar, para que no se desgastaran las suelas de los zapatos, es un ejemplo que a lo mejor no viene al caso. Otro, en Japón te descalzas antes de entrar en una casa. La calle está bastante menos sucia que en España y, sin embargo, los zapatos se dejan en la entrada. Lo mismo sucede en oficinas, colegios, restaurantes y un largo etcétera. Vivir en Japón es un constante irse quitando y poniendo los zapatos. Muchos jóvenes, para no pasarse el día enredados con las cordoneras, chafan el talón y convierten sus zapatos y zapatillas en sandalias. Hay marcas que directamente comercializan modelos -tanto de deportivas como de zapatos de vestir- sin talón, o en los que el talón es una lengüeta que puede ir pisada o levantada indistintamente; en cualquier caso: calzado de quita y pon. Es una costumbre a tener en cuenta por los fabricantes que quieran introducirse en el mercado asiático.
Los ninjas, personajes conocidos por ir embozados y usar estrellas proyectiles, calzaban unas botas que separaban el dedo gordo del resto. Se supone que se tiene más sensibilidad del terreno que se pisa y es más difícil tropezar. Tiene que haber algo de cierto en todo esto porque, hoy en día, los carpinteros siguen usando unas botas parecidas a las de entonces para andar por los andamios; pero no los carpinteros que hacen muebles, sino los que hacen casas. Los carpinteros también llevan unos pantalones bombachos que sirven para detectar los obstáculos y evitar accidentes, algo así como los bigotes de los gatos.
Qué le vamos a hacer? Siempre me ha parecido interesante observar la relación que mantienen los hombres con sus pies. Una vez conocí a una mujer que mantenía una relación con dos pies al mismo tiempo.
1 Comments:
compañero, tu pie es mucho más fotogénico que el mío, dónde va a parar?
Publicar un comentario
<< Home